La espiral es una forma que parece ser el patrón de la vida. La figura ha sido parte fundamental de la civilización y de la naturaleza misma. Su perfecta estructura nos habla del orden matemático que existe en todo lo que nos rodea y sin duda nos hace pensar en la importancia que tiene y que a veces pasamos por alto. Como jardinero, tú puedes aplicar esta misma estructura a tu trabajo y verás que, además de dotar de una estética poco convencional a tu huerto orgánico, los beneficios de hacerlo serán notables.
Sombras
Quizá el aspecto más importante de un huerto en espiral que sube es la generación de distintos tipos de sombras con la circulación del sol, lo que permite la creación de un mayor tipo de microclimas dentro de la estructura. Esto contribuye a su estabilidad.
Presencia de humedad
Además de que la subida permite que podamos colocar una mayor cantidad de materiales orgánicos en su interior, el huerto en espiral nos brinda la posibilidad de crear un ecosistema de agua. ¿Qué significa esto? Que, al tener un estanque al principio de la espiral, estamos uniendo un ecosistema de tierra con uno de agua, lo que forma un tercero rico en formas de vida. La aparición de anfibios es una medida contra plagas altamente efectiva.
Altura del huerto
La altura también juega un papel muy importante en el huerto en espiral, pues podemos plantar distintos tipos de plantas en este, las que necesitan de más humedad en la parte baja, como la menta o el cilantro, y las que necesitan de estar en lugares más secos en la parte alta, como el orégano o el romero. La diversidad de humedad propicia lo anterior.
Variedad
Por último, el huerto en espiral ofrece distintas orientaciones que también son determinantes para la variedad tipos de plantas y hierbas que queramos plantar. Esta estructura también te permitirá producir hierbas medicinales o culinarias en un mismo espacio.
Fuente: Ecoagricultor
